Hace tiempo que se viene advirtiendo sobre la insostenibilidad a largo plazo del sistema de pensiones de la Seguridad Social. De hecho, recuerdo unas conferencias sobre el sistema de pensiones organizadas por la Universidad de Granada en 2005, donde se planteaba la necesidad de avanzar hacia sistemas de pensiones mixtos en los que una parte fuese financiada por el Estado y otra parte quedase en manos de fondos privados. Esto se planteaba sobre todo por las nuevas dinámicas de población, aumento del envejecimiento y falta de relevo generacional para mantener un sistema de solidaridad-intergeneracional en el que los cotizantes presentes financian las pensiones de sus jubilados actuales, con la expectativa de que en el futuro a ellos les financiarán los siguientes, y así sucesivamente… Pero para que esto ocurra es fundamental que no se dispare la ratio de pensionista/trabajador como está ocurriendo actualmente debido al aumento del paro y las jubilaciones; y a tasas negativas, o próximas a cero, en los movimientos migratorios.
Lo cierto, es que si la expectativa es que esto se mantenga así en el futuro, puede que en algún momento la solidaridad intergeneracional no dé de sí y se sustituya por una capitalización individual de cada trabajador. De hecho ya han aumentado los periodos para el cálculo de la base reguladora de 15 a 25 años, y se habla ya de que en un futuro sea de toda la vida laboral exigida (hoy 37 años). Así a cada uno le corresponderá la pensión por la que haya cotizado efectivamente durante toda su vida laboral. Y una vez hecho esto, el siguiente paso puede ser la capitalización individual de las pensiones, de tal forma que cada trabajador disponga de una bolsa individual con su ahorro en la caja de la Seguridad Social. Aquí entrarán grandes mutuas y seguros a ofrecer los planes de pensiones a los trabajadores en lugar de la caja de la Seguridad Social. Aunque deberíamos tener en cuenta que en 2010 se hundieron algunos de estos fondos de capitalización -fondos de pensiones privados- que debían ofrecer excelentes beneficios y que no han conseguido mantener las prestaciones prometidas. http://www.publico.es/dinero/337362/la-gran-crisis-de-las-pensiones-privadas
Así, el mensaje que se está lanzando y se lanzará en los próximos años se resume, a mi entender, en dos ideas fundamentales:
- Hágase un plan privado de pensiones porque no cobrará una pensión pública del Estado lo suficientemente elevada como para subsistir
- Aguante lo máximo que pueda en su puesto de trabajo porque mientras trabaje tendrá mejores ingresos, más salud, y menos riesgo de morir
Ahora bien, estas ideas que en general están cargadas de razón -siempre que no trabajes en una mina, o hayas permanecido 6 años como senador en Cortes, aquí sí que te queda una pensión suficiente- no se tiene en consideración que las pensiones públicas puedan financiarse con cargo a los Presupuestos Generales del Estado y obtener recursos en el exterior gracias a una economía nacional, productiva, competitiva y en crecimiento. Porque aunque la población envejezca y el número de cotizantes disminuya, si la economía crece -como ya anuncian algunos- se pueden financiar las pensiones, la sanidad, y la educación pública, que son los tres elementos que distinguen al modelo de crecimiento europeo y el Estado de Bienestar. Eso sí, este crecimiento económico ha de ser potente, y basado en un alto valor añadido y un elevado componente tecnológico. Es decir, un país en el que baja la mano de obra disponible y además está altamente cualificada y sin embargo aumenta el desempleo desórbitadamente es porque:
- o bien, tiene una estructura productiva antigua que no puede ofrecer empleo a los jóvenes trabajadores mejor formados
- o bien, ni tan siquiera tiene una estructura antigua para mantener el empleo a los trabajadores de mayor edad
Es decir, solo una verdadera apuesta por la innovación y la tecnología puede revertir la perversa tendencia de invertir en formación especializada y de alto valor añadido, para después no ser capaces de rentabilizarla. La consecuencia: exportar mano de obra de gran valor a precio 0. Es decir, cotizantes que van a mantener las pensiones, la sanidad y la educación de: los alemanes, los ingleses, los americanos… en lugar de las pensiones de los padres y profesores que les educaron.
Pero, lo grave es que:
- se producirá una ruptura en un sistema de reparto y justicia social que ha permanecido vigente desde su creación dejando a más de una generación colgada -de hecho, durante al menos una generación, se tendría que mantener las pensiones de sus jubilados y al mismo tiempo aportar una parte extra para las jubilaciones del futuro-
- se haría por una situación de recesión -y obsesión por el déficit- y por una crisis financiera mundial ajena a las pensiones.
De hecho, ya se está produciendo paulatinamente la descapitalización de las familias -vía recortes y reducciones- para la recapitalización y el saneamiento del sistema financiero -aún sin crédito-. Por esa razón los fondos y sus gestores están aumentando la presión en favor de los recortes en el sistema público de pensiones. Primero, para recapitalizarse y poder afrontar sus compromisos, y segundo, para aumentar su negocio asumiendo funciones antes públicas.